– He leído que eran artistas, que su arte estaba pasando de oficio a profesión en aquella época inicial y que lo revolucionario de su arte se quedaba en lo estético y práctico, al final. Y es que al final se debían a quien pagaba, el que a la vez impone los roles de clase y género y demás…
– Bien traído. Lo mismo algunos pensaban en modas en vez de ser conscientes de las escuelas modernista o noucentista: No sé si el simbolismo que va apareciendo por tu piso es pura decoración o lleva intención.
– Como las imágenes de Budha que salen en las revistas de interiorismo.
– Los burgueses de la época eran un tanto… Más tarde lo continuaron siendo pero presumiendo del profesional y a veces el profesional imponía su marca y sentido de la estética a la práctica.
– Nos estamos yendo del tema, Sr. #buyeragent. Temas de decoración.
– No, porque vives el piso, porque tienes feeling y te estira…
– Va, al grano, Sr. PSI de @propertybuyers -suelta jocosa.
– Al ver vuestro #hogar para sacar la idea de lo que buscabais la conclusión que saqué es que los espacios deben aunar sensaciones de que sumasen a la vez: libertad y recogimiento, paz y alegría, orden y caos.
– ¿No son contrarios?
– No necesariamente. Por eso nos costó encontrar esa materia prima que vais a cocinar a vuestro estilo.
– O sea, el mismo que tenemos ahora en el piso moderno nos vale para el modernista.
– Pero ahí potenciado: los grandes ventanales y portones más las vidrieras aportan mucha más calidad de luz, los techos altos más aires de libertad… por cierto, ¿Sabes que la ventilación cruzada natural que resulta estaba muy estudiada por temas de salubridad? Al igual que los espacios que hay entre plantas, entre techos y suelos de los pisos, también servía a modo de ventiladero. No sé si la reglamentación de la época lo llegó a poner como exigible, incluso.
– Va -lo llama al orden-.
– Vuestro estilo minimalista y sobrio entra. Cuidado no hagas como con los bolsos que cuanto mayores, más cosas pones. Hay mucho espacio en cada espacio pero hay que primar la calidad a la cantidad de objetos, no lo vayas abarrotando: si abarrotas la galería exterior de libros, toda la magnífica luz que ahora se refleja en los mosaicos y ahora te teletransporta en tu nueva zona de teletrabajo, tendría el efecto totalmente contrario. A según quién le encantaría sentirse encerrado y sepultado…
– O sea, primar calidad a la cantidad en los muebles y los objetos decorativos.
– Y para no ir a remolque de la moda, vuestro estilo ecléctico es súper.
– Y solamente hay que ir cambiando, no amontonando, los objetos decorativos de cada estancia para actualizarla.
Edu Báguena