El diseño urbanístico de l’Eixample de Cerdà tiene que ver mucho con el ADN del Barceloninus Originalis. Cerdà plasmó su espíritu milenario -BCN tiene vestigios Neolíticos- en un Plan de ciudad que la representaría:

𝘌𝘭 𝑝𝘭𝘢𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘭’𝘌𝘪𝘹𝘢𝘮𝑝𝘭𝘦 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘵𝘢𝘳𝘫𝘦𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝑝𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘉𝘢𝘳𝘤𝘦𝘭𝘰𝘯𝘪𝘯𝘶𝘴 𝘺 𝘴𝘶 𝘷𝘰𝘭𝘶𝘯𝘵𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘰𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢𝘣𝘪𝘦𝘳𝘵𝘰𝘴 𝘢𝘭 𝘧𝘶𝘵𝘶𝘳𝘰.

Si Originalis lo son todos los Barceloninus, el Eixamplerus reúne el factor común y puede considerarse como representante, pero… sus propias peculiaridades lo ubican ahí, en su zona.
Se constata que se han abierto a otras donde desarrollar su estilo de vida gracias a la globalización de la ciudad y, básicamente, se ha debido al alza de los precios

Hoy, cual 𝗜𝗡𝗗𝗜𝗔𝗡𝗔 𝗝𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗶 𝗖𝗘𝗥𝗗Â, observaremos el día de un magnífico ejemplar de ‘Barceloninus EIXAMPLERUS’.

Desde la almohada, abre los ojos hacia el alto techo y una lámpara de las de diseño, de aquellas tipo ‘la guerra de los mundos’.

Ya en el baño, se golpea contento con ambos puños en el pecho por mantener algunos detalles modernistas allí mismo.

Arrastra las zapatillas con cabeza de mono hacia la cocina, observando que los hidráulicos en el suelo necesitan cuidados otra vez.

Las campanadas de las 8am lo asustan y huye despavorido hacia el salón, tan amplio como el ‘NOU CAMP’:
Desayuna como si no hubiera un mañana y, a la vez, intenta descubrir cosas nuevas en los frescos pintados del techo y en las RRSS.
Los ‘Eixamplerus’ son así…

En el balcón otea cómo pinta el día y localiza obras nuevas allá, al final de su calle.

En un plis se viste con su sello personal. Entre esta jungla Eixamplera no le hace falta camuflarse ni caracterizarse como de otra tribu urbana para casi-nada.

En otro plis, baja Tarzaneando por las escaleras hasta el hall de la finca.
Camina acelerado a la oficina donde suele recolectar el alimento a final de mes.

Lo hace por calles llenas de vida, salpicándole a los ojos locales rompedores por diseño y concepto, aturdido de tanto en tanto por los taladros de las obras, y sorteando ejemplares de ‘𝘝𝘪𝘢𝘫𝘦𝘳𝘶𝘴 𝘑𝘢𝑝𝘰𝘯𝘦𝘯𝘴𝘪𝘴’.

El tramo final es muy placentero porque lo han convertido en zona peatonal ajardinada.

La Sra. Mediamañana le lleva a ‘su Bar’.
Los clientes coinciden en la corrección, pero en poco más… aparentemente:
Las conversaciones hablan de que la mentalidad abierta predomina.

De vuelta, observa sorprendido que el tráfico ha desaparecido.
¿Se prepara alguna manifestación? Cae en cuenta de que no es hora punta y que es así cada día.

Al poco, a la hora de comer, un dilema:
¿Tapear -de ‘Tapper’, no de ‘tapas’- en el parque?
¿El Restaurant tipo casero archicomprobado?
¿Uno de los 1.000 a descubrir?
Se decide por darle gusto a su curiosidad innata e informar a la tribu, siempre ávida de novedades.

Pero no es el único dilema ‘existencial’ del día:

A la tarde, tras salir del trabajo, se adrenaliza con posibles actividades. Sus sentidos le advierten que están a un paso sean donde sean.
Y a la noche, una llamada le eriza el pelaje al alertarle sobre varias alternativas que combinan lo consagrado con lo novedoso y… más.

Ir o no ir, a la tarde y a la noche. That’s the question?
No. El tema también es a dónde si decide ir.

Puede elegir y él lo sabe

Sabe, además, que ya ha hecho su día entre los iconos de una de las ciudades con más calidad de vida del mundo y que, vaya o no, mañana será otro día tan atractivo como diferente en su BCN:

Saca pecho para tamboreárselo con los puños …. again.

Edu Báguena